lunes, 2 de septiembre de 2013

¿Puede la víctima transformarse en el victimario? ¿Cómo pasas de ser el buen sumiso al cruel tirano?
¿Podes cambiar el amor por autoritarismo? ¿Eso es amor?
¿Convertirse en algo que desprecias es incoherencia? ¿Puede el orgullo ganarle a los sueños?
No entiendo ni entenderé a quien lucha fervientemente por algo y en el momento que lo obtiene, radicalmente suplanta toda esa ambición y ansiedad por maltrato y cobardía.
¿El premio es decir 'lo tengo'? ¿O mejor dicho 'lo tuve'?
Ya que no es el hecho victorioso conseguir lo que uno quiere, sino mantenerlo, cuidarlo, mimarlo.
Repito que nunca voy a comprender ni los cómo, ni los porqué de tales cambios ficticios, ambiguos y tramposos de personalidad que pueden atravesar estos paradójicos luchadores, que malgastan su energía anhelando algo, que cuando consiguen, deshechan.
¿Cuál es la gracia? Si uno quiere algo, lo cuida.
No deja morir lo que tanto le costó construir. Quien realmente ama, solo ama, con positivismo  dulzura. Se olvida de maltratos y soberbia.

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