sábado, 26 de abril de 2014

Y siempre resulta que termino refugiandome en vos, capaz será que encuentro esa fortaleza que necesito o que puedo mostrar cuando me siento acompañada. Pero sé que me haces mal, que no existe, en ningún tiempo o espacio, la posibilidad de que no me lastimes.
Y seguro es, que en el fondo, muy en el fondo, te quise. Capaz como nunca quise a nadie, capaz no de la forma en la que se debe querer. Pero, te quise. No se cómo, no se como qué, pero te quise y mucho.
A pesar del dolor que me causó quererte, de las emociones encontradas que me generó tu ausencia, a pesar de todo no me arrepiento de haber sido una milésima parte en tu vida, y que vos, por otro lado, hayas sido una parte grande en mi vida. Porque como ya dije, suelo buscar el consuelo en vos. En tu consejo o en tu abrazo, como una nena chiquita que necesita un guardián que la proteja del mundo real.
Aunque haya mas defectos en vos que virtudes, aunque en la lista de pros-y-contras, sea el vencedor todo aquello que detesto y aunque no encuentre forma para poder excusar todo lo malo, sos ese ying y yang, que me hace pensar que en lo malo hay algo bueno, muy bueno. Una luz, que ilumina a esa oscuridad imponente, para encandilar todos los problemas que puedan desatar las equivocaciones.
Pero por más que busque todas las miradas positivas para intentar olvidarme de todo, no lo logro, y como te dije, muy en el fondo te quise. Y por más de lo importante que haya sido, quedó atrapado en un océano en el que no pretendo naufragar para desencadenar cierto dolor que no sana. Por lo que pido mis mas sinceras disculpas, si te digo que, con esto, me despido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario