Pasa que te
encontras en la
compleja paradoja de querer olvidarte y el miedo de perderte. Es esa estúpida confusión, un momento de indecisión. Porque muy en el fondo uno no encuentra la disponibilidad
para dejar ir a alguien, a alguien a quien
queres y l
o queres a tu lado, aunque un 90% de tu interior quiera mandarlo en un paquete bien sellado a la India y sin pasaje de vuelta. Es incomprensible pero suele pasar que la cabeza y el corazón no
esten de acuerdo muchas veces, es difícil comprender, tomar la decisión correcta. Además, de por medio juegan los sentimientos, el dolor, la ausencia, la soledad..
Pero también está la razón, que te indica que camino seguir, porque por más que duela lo mejor es cerrar la página. Y podes llorar, gritar, deprimirte, no te vas a consolar pero lo que realmente nos hace bien nos puede tomar trabajo aceptarlo, porque no vale nada llorar por los rincones lamentandose de los errores.
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