lunes, 8 de julio de 2013

Como si no fuera suficiente con todo el dolor, me decepcionas otra vez. ¿Por qué el empeño de reaparecer?
Si no vas a luchar por lo que queres no me confundas a mí, no intentes proyectar tus miedos en los míos y no quieras lograr que yo te diga lo que tenes que hacer.
Si ni siquiera vos te entendes no esperes que yo te entienda, no esperes que yo resuelva tu delirio. No quiero enojarme, no quiero estar mal pero no quiero que descargues en mí algo de lo que no puedo hacerme cargo.
Hasta acá llegué, con todo. Y cómo llegué, arañando, con uñas y dientes. Intentando.
Si te dije 'basta' fue por mi bien. Porque me cansé de esperar algo que nunca iba a llegar. 
Es un sin fin de dudas y tristezas, una decepción constante.
Eso sos, una decepción constante, que me analiza, me retuerce y me lastima.
Perdoname la dureza, pero no doy más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario