domingo, 16 de enero de 2011

Contra tu voluntad o no, en algunas ocasiones lo mejor es estar solo, en total libertad. Cable a tierra con tus pensamientos, escuchando tu conciencia y a tu corazón. El latido vibrante y a tu mente en claridad. Poder distinguir que queres y que no. Aclarar tu espacio, conocerte a vos mismo, aprender tus preferencias, tus disgustos, lo que realmente anhelas. Y puede y es bastante probable que te duela tomar la decisión y además cumplirla pero, a veces es lo único que te sirve para despegarte de eso que te hace mal y renovarte. Está bueno apartarse, desprenderse de toda la rutina que llevas acumulada, pensar simplemente en vos, que buenos resultados. No es ser egoísta, es ocuparse de sí mismo para el bien de uno. Es organizar tu mente, las prioridades en tu corazón, para que la próxima vez te salga bien, puedas mejorar y avanzar como mereces. Para que no tengas lagunas, para que no seas la reina del mar de lágrimas sino para que crezcas, seas fuerte y afrontes con la mejor cara lo que te toque vivir. Y a veces está bueno estar solo, porque solo así podes ver todo tal como es.

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